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Los relojes atómicos ópticos podrían detectar defectos del tamaño de un planeta que podría ayudar a explicar la materia oscura.
En gran medida, los científicos han descartado todas las partículas conocidas como posibles explicaciones de la materia oscura. Esto sugiere que podría comprender una especie de partícula que no entra dentro del Modelo Estándar de la Física, que es actualmente nuestra mejor descripción concreta del universo subatómico. Otra posibilidad es que la materia oscura no esté hecha de partículas; más bien, que sea un área que impregna el espacio como lo hace la gravedad. Las investigaciones anteriores indican que las estructuras podrían surgir en ese campo de materia oscura— “defectos topológicos” con la forma de puntos, cuerdas u hojas. Estas estructuras podrían haberse formado durante el caos caliente después del big bang y se congelaron en formas estables cuando se enfrió el universo temprano.
Pero en el informe de Nature Astronomy, el físico Piotr Wcisło, de la Universidad Nicolás Copérnico de Polonia, y sus colegas sugieren que un solo reloj atómico podría ser lo suficientemente sensible como para arrojar luz sobre la naturaleza de la materia oscura. Los investigadores analizaron cómo los defectos topológicos podrían influir en un reloj atómico óptico, que emplea rayos láser visibles para medir las danzas de los átomos cuando se enlentecen al enfriarlos a temperaturas cercanas al cero absoluto. El modelo de los investigadores demuestra que pasar por un defecto en el campo de materia oscura propuesto podría aumentar o disminuir la intensidad total de la fuerza electromagnética, lo que a su vez alteraría la manera en que los átomos responderían a la iluminación.